viernes, 30 de julio de 2010

Guiness Record por aplaudir a Jesús

La iglesia evangélica de Nicaragua convovó el pasado 17 de julio a sus seguidores para ovacionar a Jesús en la ciudad de Matagalpa.

Durante más de dos horas los creyentes aplaudieron de forma consecutiva a Jesús, a quienes los creyentes consideran que está vivo en algún lugar del cielo.

Los organizadores denominado un “acto profético de establecer el nombre de Jesús en Nicaragua, sobre todo nombre que se nombra en la tierra”.

Los pastores convocantes mencionaron que en la Biblia se mencionaba que antiguos paganos en tiempos de Pablo ovacionaron a la diosa Diana de los efesios por más de dos horas. Por tal razón era necesario romper la marca, ovacionando a Jesús.

De forma similar como en la ovación de la diosa de Éfeso, la deidad aplaudida no se manifestó ni para decir gracias.

La ovación pasó al libro de los Guiness Record por ser más larga y desplazó a la hecha a Luciano Pavarotti a quien se le aplaudió por 1 hora y 7 minutos.

Este evento me hizo recordar una frase del ex-pastor y ahora ateo Dan Barker :

"La verdad no demanda creencias. Los científicos no unen sus manos cada domingo, cantando '¡Sí, la gravedad es real! ¡Tendré fe! ¡Seré fuerte! Creo en mi corazón que lo que sube tiene que bajar. ¡Amén!'. Si lo hicieran, pensaríamos que están bastante inseguros de ello."

2 comentarios:

  1. En vez de reunirse para ayudar a gente necesitada, se reúnen para perder el tiempo en estas ociosidades XD

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  2. Alejandro Martínez Hudson30 de julio de 2010, 13:46

    Vaya, cuantos mosquitos habran matado! bueno, pero que groseria de jesus de no haberles dado siquiera las gracias! ha de sentirse tan importante que no tiene tiempo para sus fans! jeje, bueno, un poco mas de seriedad, este tipo de eventos si tienen un efecto muy fuerte, tal como cuando se hacen asambleas, oraciones masivas, etc.. y es el de reforzar en cada persona la creencia en, en este caso, jesus. A falta de verdadera evidencia, tienen que recurrir a manifestaciones en multitud para que así el creyente no se sienta un loco hablándole a un amigo invisible, sino que sienta que si todo mundo cree lo mismo, entonces debe ser cierto.

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